En la piel tenemos la ventaja que podemos tratar con tratamientos locales o tópicos sin necesidad de una terapia sistémica de pastillas etc. que afecta todo el organismo con todos los efectos igual las reacciones adversas. Los tratamientos locales generalmente quedan localizados en la piel y no son absorbidos del cuerpo.
Los tratamientos locales pueden ser de varias consistencias y adaptados al estado y zonas de la piel, p.ej. ungüentos, pomadas o cremas para un estado muy seco, emulsiones o lociones para un estado normal, geles para estado grasa o seborreica y soluciones, lociones, pastas o polvos para estado supurante.
Tratamientos sistémicos pueden ser necesarios para enfermedades agudas (p.ej. reacción alérgica aguda, erisipela) o crónicas (p.ej. Acné, alergias crónicas) en forma de pastillas, infusiones, inyecciones etc. como antibioticos, retinoides, corticoides, etc...